Los gatos son una de las muchas especies que sincronizan su época reproductiva con las estaciones del año en las que la naturaleza ofrecerá una mayor disponibilidad de alimentos para cuando nazcan sus crías.
Los machos están en celo todo el año pero las hembras tienen varios ciclos fértiles, el más llamativo coincide con el aumento de horas de luz, cuando los días comienzan a hacerse más largos. Las gatas pueden tener su primer celo en enero o febrero con tan solo 5 o 6 meses de edad debido al aumento de la producción de hormonas sexuales asociado a los días más largos después del invierno.
La gestación de las gatas dura unos dos meses, si conciben a finales de enero, el parto será en primavera junto con el de otras especies (pájaros, roedores…) esto es una ventaja para que las gatas consigan alimento y puedan amamantar mejor a su camada.
Las gatas que viven en semi-libertad, en pueblos o calles urbanas, son puntuales a esta llamada de la naturaleza.
Las mascotas domésticas, de piso y que viven con luz artificial pueden retrasar la aparición del celo, pueden sincronizarlo con el de otros felinos vecinos que maúllan o permanecer aptas para la reproducción todo el año.
Durante el celo los machos felinos maúllan, afilan sus uñas en lugares nuevos y marcan el territorio con orina. Las hembras maúllan continuamente, pierden el apetito, se estiran y ruedan frotándose contra el suelo y algunas orinan fuera de su caja de arena. Si durante este tiempo mantenemos a nuestro gato encerrado para que no se marche a “buscar pareja” se estresará, tendrá cambios de comportamiento pudiendo volverse agresivo y puede llegar a enfermar.
“ANDAR Á XANEIRA” es el nombre popular en gallego que describe el cambio de comportamiento de los gatos que buscan pareja después del invierno.
Si tenemos claro que no queremos criar con nuestra mascota felina, sea macho o hembra, debemos consultar con el veterinario las medidas para evitar los inconvenientes de estos cambios de comportamiento tan peligrosos para la salud.
El único método definitivo para terminar con este problema es la esterilización o castración.
La esterilización es una intervención quirúrgica considerada medicina preventiva que evita camadas indeseadas, maullidos, marcajes de orina, tumores de mama y ovario e infecciones de útero cuando las gatas envejecen.
No es necesario que las hembras tengan una camada antes de ser esterilizadas como se cree popularmente.
Después de la operación mantienen su carácter, siguen cazando ratones y jugando. Algunas gatas muy tranquilas tienden a engordar, durante el celo pierden el apetito y después de la operación comerán de igual manera todo el año, esta tendencia se puede evitar con dieta y favoreciendo que hagan ejercicio.
La esterilización es una intervención rutinaria en las clínicas veterinarias, se realiza con anestesia general y requiere unas horas de hospitalización. Una gata esterilizada es una mascota más saludable y con mayor esperanza de vida.